Si no conoces tus derechos más fundamentales, no podrás reclamarlos.
Para que te sea más fácil recordarlos, te presentamos los Derechos Humanos, en verso:
DERECHOS HUMANOS
Derechos
Humanos,
derechos
vulnerados,
derechos
olvidados.
Por
eso, en este poema, los recordamos:
Nacemos
libres e iguales
y
con estos derechos inalienables.
Algunos
países olvidan
que
todo humano tiene derecho a la vida,
y
a la libertad de cómo querer vivirla.
Nada
de torturas,
nada
que angustia provoque,
no
quiero una dictadura,
ni
nada que a ella aboque,
ni
que a un niño hagan llorar.
La
ley nos debe amparar
y
no ser un arma para humillar,
para
tiranizar,
sojuzgar
o
esclavizar.
Ante
ella somos iguales
sin
importarle cuáles.
Nadie
puede detenerme sin una razón aparente,
y
siempre seré inocente
de
entrada, aunque no lo intente.
Y
en los tribunales
regionales
o internacionales
mi
juicio será justo e imparcial,
sin
esperar una intervención providencial.
Mi
vida privada
también
es sagrada.
Tengo
derecho a moverme y a residir
en
cualquier país,
como
ciudadano del mundo
de
este planeta fecundo.
Pero
el mar es testigo mudo del drama humano
que
supone ser refugiado.
Por
eso, el asilo es mi derecho
y
debe ser satisfecho.
Tengo
derecho a tener, y a poseer
todo
aquello que precise para sentirme bien.
Nadie
podrá obligarme
por
la fuerza a casarme,
ni
a seguir al lado de alguien a quien no ame.
Mi
pensamiento ha de ser libre, porque nadie,
puede
decidir por mi lo que he de pensar.
Yo
sólo pido poder expresar
mis
ideas, ante todas los demás,
a
todo aquel que quiera oírme.
Por
eso, he de poder reunirme.
Tengo
derecho a formar
parte
activa en mi gobierno,
para
así poder luchar
por
lo económico, y lo social.
Mi
derecho a trabajar
también
debe ser respetado.
Tengo
derecho al descanso,
y
a que el fruto del trabajo
sea
digno y me permita
sin
trabas ni ligaduras,
acceder
a la cultura
la
lectura,
la
escritura,
el
teatro, la escultura,
oír
una partitura,
Todo
aquello que me haga desplegar
a
tope mi personalidad.
Solo
un justo orden social
debe
haber, para garantizar
lo
que acabas de escuchar.
Mas
espera, que estos derechos fundados
también
lo son para otro humano,
para
tu hermano
y
para el extraño,
lo
que te supone deberes ante tu Comunidad.
Todos
somos HUMANIDAD.
Y,
por fin, que quede claro,
que
nada de lo que has escuchado
puede,
ni debe ser, anulado.