Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Artículo 1: Todas las personas humanas nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotadas como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente las unas con las otras.
Artículo 6: Toda persona humana tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
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Con la colaboración de su presidenta en la Comunidad de Madrid, Saida García Casuso, la Asociación de familias de menores transexuales Chrysallis, GxC acercó este tema a la gente de nuestro barrio.
La transexualidad en la infancia NO es un fenómeno nuevo, ha existido desde siempre, en todas las épocas y en todas las culturas. Lo que es novedosa es la forma en la que está siendo abordada actualmente desde las familias, la sociedad y los colegios.
Para poder entender el concepto de transexualidad es necesario que entendamos ciertas características de la persona humana, que tendemos a mezclar pero que en realidad, cada una de ellas es independiente de la otra.
Estas características son:
- IDENTIDAD: Sentimiento íntimo de ser hombre, mujer, ambas cosas o ninguna de ellas.
- ORIENTACIÓN SEXUAL: Respondería a la pregunta: "¿quién me atrae sexual o afectivamente?", y en base a esta característica se puede ser heterosexual, homosexual, bisexual, asexual...
- EXPRESIÓN DE GÉNERO: Forma en la que nos mostramos al mundo respecto a la forma de vestir, complementos, peinados, etc, y que en base a los estereotipos sociales puede ser considera más masculina, más femenina o andrógina, y que cambia según la época histórica, cultura o sociedad.
- GENITALES: Esta característica física condiciona el sexo que se nos asigna al nacer, pero en ningún momento determina nuestra identidad, como no determinan tampoco ni la orientación ni la expresión de género.
Lamentablemente, nuestra sociedad está profundamente genitalizada y esteriotipada, y resulta complicado desvincular todos estos conceptos.
Tendemos a considerar como "normal" aquello que simplemente es mayoritariamente estadístico, sin considerar que las personas que componen una minoría, también son personas normales. Todas forman parte de la diversidad humana.
Podriamos definir la transexualidad como la situación que se da cuando el sexo asignado al nacer NO COINCIDE con la identidad sexual de la persona. En el caso de que SÍ COINCIDA, hablamos de personas cisexuales.
Mitos. ¿QUÉ NO ES la transexualidad?
- La personas transexuales NO están atrapadas en cuerpos equivocados, sus cuerpos son los suyos, perfectamente funcionales y sanos. Quizás lo que está equivocada es la definición que tenemos sobre lo que debe ser un hombre o una mujer, y no tenemos definición para las personas no binarias.
- La transexualidad NO es una patología. NO es sinónimo de disforia de género. Lo que puede ocasionar malestar a las personas trans es no respetar su identidad, acosarlas o humillarlas.
- Las personas trans disponen de un cuerpo biológico perfectamente funcional, como cualquier persona. Sin embargo, seguimos vinculando poseer determinado aparato reproductor con la identidad sexual, lo que lleva a confusiones en el caso de las personas que no encajan en las actuales definiciones de la biología.
- La identidad sexual NO se adquiere con la mayoría de edad. Según la psicología, la identidad queda asentada hacia los 2-3 años de edad, tanto para personas trans, como para personas cis, que pueden manifestar su identidad desde la primera infancia. En el caso de las personas cis, este proceso identitario resulta más sencillo, al coincidir su sexo sentido con el sexo asignado al nacer, pero en el caso de las personas trans, puede resultar complicado, sobre todo en un sistema como el nuestro, que te excluye constantemente y penaliza todo lo que se sale de "la norma". También depende de las herramientas personales para autonombrarse, y en este punto, las personas trans también lo tienen más difícil al no haber muchos referentes.
No hace demasiado tiempo, la ciencia médica vinculaba los genitales a la orientación sexual, definía los roles que cada género debía cumplir, incluso proclamaba los pensamientos y comportamientos que se debían tener, en base, simplemente, a los genitales mostrados al nacer.
Si ya se ha demostrado que los genitales no determinan la orientación sexual, ni la expresión de género, ni el comportamiento o la forma de pensar, ¿por qué seguimos pensando que van a determinar también nuestra identidad? Esto debe cambiar, y afortunadamente poco a poco está cambiando.
Las necesidades en la infancia y la adolescencia de una persona trans son las mismas que puede necesitar una niña o niño cis: aceptación de la familia cercana, sentirse comprendida y querida en su entorno. Es nuestro deber como personas adultas, atender y acompañar a nuestres hijes trans en su proceso, y proporcionarles herramientas adecuadas para enfrentar posibles situaciones de rechazo social.
En el entorno educativo, es importante que su identidad también se vea reconocida, con el uso de su nombre elegido y los pronombres correctos, y el derecho a utilizar las dependencias adecuadas que están segregadas por sexos (vestuarios, aseos, actividades deportivas...).
Es importante también, la formación adecuada de les docentes, en diversidad de manera transversal, para el reconocimiento rápido de posibles conflictos y su resolución inmediata.
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