Un mes mas, Guindalera por la Convivencia nos acerca a nuestro
Distrito una realidad que, no por cotidiana, llegamos a conocer de verdad: la
de los inmigrantes que viven en nuestro barrio.
Gracias a la colaboración del Centro
Cultural de Arte Internacional la KÚPULA, hemos podido saber, de primera
mano, la verdadera problemática a la que se enfrentan las personas que escogen
nuestra ciudad, nuestro Distrito, como su lugar para vivir.
Intervinieron Josías Ganga,
congoleño con más de 10 años de permanencia en España, promotor cultural,
músico y artista, y responsable de las actividades que se organizan en la
Kúpula.
También participó Paula
Valdez, de origen boliviano, activista y promotora cultural, periodista, y
actualmente directora del Centro.
Josías nos contó su experiencia personal, lo que él vivió y que,
como él, viven muchos de los inmigrantes que vienen a nuestro país.
Nos recordó, con acierto, que a pesar de las diferencias culturales,
o precisamente por ellas, las personas inmigrantes llegan a España con una
mochila en sus espaldas cargada de multitud de experiencias para compartir.
Vienen con deseos de participar y de integrarse en la sociedad.
Pero es necesario entender que la integración no es sólo que los
inmigrantes adopten nuestras costumbres y nuestra cultura, sino que debe haber
una reciprocidad, para que este intercambio de conocimientos y cultura sea
realmente equitativo. Ese es uno de los objetivos que persiguen en La Kúpula: dar a conocer, a través del
arte, la música o la gastronomía, la riqueza de las culturas que llegan para
instalarse. La variedad siempre enriquece.
Sin embargo, son muchos los problemas a superar por los
inmigrantes “ilegales”, partiendo de la premisa de que NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL.
En el caso de Josías, nos contó que en el Congo, el futuro para
jóvenes preparados como él es incierto. A pesar de los numerosos recursos con
que este bello país cuenta, éstos están monopolizados por empresas occidentales.
Los jóvenes congoleños, una vez acabados sus estudios, sólo pueden acceder a
puestos de bajas categorías en las empresas extranjeras que gestionan sus
recursos. Para algunos jóvenes, como Josías, con grandes pretensiones de
futuro, la única salida es la emigración.
Hay muchas cosas que dificultan la integración de los inmigrantes,
además del color de la piel o los rasgos físicos diferentes: el idioma, las
costumbres, la concepción de la cultura…
Desde los estamentos, también se ponen trabas a una integración
eficaz: políticas erróneas, fomento de guerras civiles en África por el control
de los recursos, etc. Son precisamente los países que más se benefician de los
recursos de África (madera, petróleo, piedras preciosas…), los que más rechazan
a sus habitantes cuando llegan aquí.
La vida de un inmigrante “ilegal” es difícil: Una vez que
consiguen entrar en el país (ilegalmente en principio, porque no hay buenas
políticas de acogida de inmigrantes), estas personas son acogidas en un centro
de integración durante los primeros 3 meses, donde se les da cobijo y se les
enseña los rudimentos de nuestro idioma.
Pero una vez transcurridos estos 3 meses, deben abandonar los
Centros, y continúan sus dificultades: son considerados delincuentes porque no
tienen trabajo, pero no encuentran trabajo porque no tienen “papeles”. Y no se
les da “papeles” porque no tienen trabajo…un círculo vicioso de donde es
difícil salir. Como toda persona, precisa de un techo donde vivir, comida,
poder expresarse… lo básico, lo imprescindible, lo mínimo que un ser humano
necesita. Qué hacer si no te permiten trabajar para ganarte la vida???
En La Kúpula, sus
voluntarios ofrecen ayuda a los colectivos afectados, fundamentalmente
africanos, latinos y de la comunidad gitana. Refiriéndose a este colectivo,
Josías bromea: “los gitanos son “inmigrantes en su propio país”.
Los colaboradores de La
Kúpula, les ofrecen a todos ellos su experiencia, y ayudas a nivel
jurídico, de educación y alternativas para el auto-sostenimientos. Porque lo
que son ayudas económicas, pocas ven.
Estas ayudas suelen conseguirlas ONG nacionales, algunas de las cuales
terminan siendo tapaderas de negocios más oscuros.
En su intervención, Paula
Valdez nos recordó la dualidad “migración/mujer”: ser mujer e inmigrante
supone doble ración de discriminación.
Los inmigrantes en nuestro país sienten rechazo. Es necesario
ofrecer una oportunidad a todo el mundo, independiente de cómo se nos vea desde
fuera. Lo importante es lo que uno aporta desde su interior, nuestra esencia
humana.
Paula invitó al público asistente a imaginarse “ponerse en la piel
del otro”. Preguntó a los presentes si alguna vez habían pensado en irse a
vivir a otro país, a lo que la mayoría contestó que si. De esta forma, podrían
concebir a qué dificultades podrían enfrentarse si alguna vez decidieran salir
de España e instalarse en otro sitio, partiendo desde cero y con las trabas que
se les pone a las personas que llegan a un país extranjero.
También nos hizo ver los diferentes tipos de inmigrantes que
podríamos llegar a ser: Podriamos ser gente que huye del país por guerras,
desastres, etc. O que necesita salir por trabajo, como les ocurre a nuestros
jóvenes universitarios; o simplemente decidimos salir de nuestro país
persiguiendo un sueño…
En el fondo, todos somos inmigrantes.
Lo que sí debemos recordar siempre, es que la mayoría de los
inmigrantes vienen a APORTAR, a compartir con nosotros el contenido de su
mochila, y nunca a quitar.
Cambiemos nuestra perspectiva y asumamos que aportar es sumar, y
la suma siempre enriquece.