En
esta ocasión nos acompañaron personas destacadas en la lucha por la defensa de la
causa palestina, que no por ser un tema con el que llevamos conviviendo más de
70 años, deja de ser algo siempre actual que no debemos olvidar.
Nos hablaron del derecho de los palestinos al retorno a su pais,
que se garantiza por la resolución 194 de la ONU, pero que no se ha llegado a
cumplir nunca.
Para explicárnoslo, contamos con la presencia de:
* Daniel Lobato, activista por los Derechos Humanos, que ha
participado en varias actividades en Palestina, Siria y Kurdistán.
* Jaldía Abubakra, activista hispano palestina, nacida en la
franja de Gaza y refugiada desde su nacimiento.
* Liliana Córdova, Argentina de origen judío que ha vivido en
Palestina. Tuvo la nacionalidad israelí pero la rechazó, es cofundadora de la
organización "Judíos antisionistas", y defensora de la causa
palestina.
Este año 2017 se conmemoran
varias fechas nefastas para los palestinos y es bueno recordarlas para no dejarlas caer en el olvido.
VOLVER.
REFUGIADOS
PALESTINOS, DERECHO AL RETORNO.
Desde la guerra de Siria el tema “refugiados” es de rabiosa
actualidad, pero el tema palestino sigue siendo actual a pesar de los años
transcurridos. A los palestinos se les niega el derecho al retorno porque se
les acusa de haber abandonado un país invadido. A nadie se le ocurriría acusar
a los sirios de huir de su país en guerra, no así ocurre con los palestinos.
Debido a esto, algunos refugiados lo son 2 y 3 veces en varios países, desde su
nacimiento.
Existen 8 millones de refugiados palestinos en todo el planeta,
porque no sólo están los refugiados que huyen de una guerra, sino que en el
caso palestino, hay varios tipos: internos, externos, heredados… si, el estatus
de refugiado es algo que se hereda, como las deudas. Entre los refugiados
sirios se encuentran también palestinos que huyeron a Siria procedentes de Irak, donde fueron acogidos
por primera vez en 1948 con la creación del estado israelí y la posterior
ocupación de Palestina.
El derecho al retorno está amparado por el derecho internacional,
pero en el caso de los palestinos, nunca se ha cumplido. Por eso muchas
familias prefieren vivir (o malvivir) en campos de refugiados, para no perder
su derecho a volver algún día a su país. El sentimiento de patria es fuerte
entre los palestinos, a pesar de no haber nacido en esa tierra.
Este año 2017 se cumplen 100 años de la declaración del Balfor,
Ministro de Asuntos Exteriores inglés que en 1917, prometió al movimiento
sionista la creación de un estado judío, a costa del territorio palestino, sin
tomar en cuenta la opinión de sus habitantes.
De esta forma se conseguían dos cosas por parte de los estados europeos
y su mentalidad colonial: la expulsión velada de los judíos fuera de Europa, y
el traslado de este “problema” a un país del entorno oriental cuyo destino no
importaba. Esta decisión, además, fue ratificada por diversos tratados
posteriores. La legalidad no implica necesariamente justicia.
Este fenómeno, el de que potencias supuestamente “dominantes” se
repartan territorios habitados por nativos sin importar el destino de éstos, se
ha ido repitiendo a lo largo de toda nuestra historia europea (desde el
descubrimiento de América hasta nuestros días), fruto siempre de esa mentalidad
colonial y racista. El procedimiento siempre ha sido el mismo: desplazo de la
población autóctona por la de los colonos invasores, a través de limpieza
étnica y masacres.
En el caso de Palestina, esta forma de actuar por parte de las
potencias coloniales no está funcionando como siempre, ya que se han
encontrado, y se encuentran, con la resistencia de los habitantes palestinos.
Se cumplen también 69 años de la repartición de la tierra de
Palestina, 50 años de la ocupación del resto de Palestina, 30 años de la
primera Intifada, 10 años del bloqueo de la Franja de Gaza…
La resolución 194 de las Naciones Unidas garantiza el derecho al
retorno de la población palestina desplazada por la partición del pais, aunque
esta resolución solo incluye a los tuvieron que dejar sus hogares en 1947 y
1948, no incluyéndose a los sucesivos y distintos tipos de refugiados palestinos. Los refugiados más actuales, los
que ya nacieron siendo refugiados, los palestinos que tuvieron que abandonar el
país de acogida por razón de una nueva guerra (p.ej, Irak o Siria), no tienen
ningún organismo internacional que garantice el cumplimiento de aquella
resolución. Es necesario obligar a la comunidad internacional a cumplirla.
Con respecto al movimiento sionista (que no tiene que ver con el
judaísmo), es en realidad una doctrina política surgida en Europa a la sombra
de los colonialismos imperantes.
En contra de lo que algunos puedan creer, la creación del estado
de Israel no es una compensación de Europa por el genocidio judío sufrido
durante la II guerra Mundial, sino que esta idea se remonta a mucho antes, a
1917. Pero ante la opinión pública, “regalar” Israel a los judíos europeos
sobrevivientes del holocausto, era una maniobra política que cubría dos
objetivos: sacar a los judíos de Europa y compensarlos por el genocidio, con la
justificación ancestral de devolverles la “Tierra prometida”.
Sin embargo, la realidad es otra. Cada día muere asesinado un
palestino en Cisjordania, Gaza… Se pretende expulsar a los palestinos a través
de limpiezas étnicas, o haciéndoles la vida imposible para que se marchen de una
vez.
Pero los
Palestinos son un pueblo que aman a su tierra. Cada nueva generación se educa
en la resistencia, en el amor a las raíces. Este es un sentimiento que también
se hereda, igual que la condición de refugiado. Nunca se pierde el deseo de
regresar.
Persiste la idea de que en un mismo territorio todos puedan vivir
juntos (palestinos, judíos, cristianos, etc.).
El problema de las nuevas generaciones de colonos israelitas es
que son educados en contra de los “árabes israelitas” (como son llamados allí a
los palestinos que resisten).
Entre las cosas que desde España podemos hacer para ayudar a
Palestina es unirse a un movimiento no violento de boicot a los productos
israelitas (http://www.boicotaisrael.net)
para exigir al estado de Israel que acate la legalidad internacional.